El impresionante tamaño de las Grandes Puertas le impactó tanto que casi se quedó sin respiración. Hasta una altura casi de doscientos metros parecían estar escavadas en la ladera de la montaña. Grabado en la piedra de la puerta se hallaba la Gran Runa de Aulë, que protegía a la fortaleza de todo mal. Cuando se acercó al Guardián, éste le registró y dando un potente martillazo a modo de aviso las puertas se empezaron a abrir lentamente.
- Bienvenido viajero...a Belegost la Grande.
1 comentario:
Y en las mías, pero ya.
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